¿Cuál es el gran problema de la Institución?

 ¿Cómo se resuelve?

 

Aprovechamos la oportunidad que nos brinda este folleto que magníficamente se edita; para compartir algunos resultados y experiencias adquiridas en recientes encuestas e investigaciones realizadas.

 

   Hace algún tiempo un grupo de hermanos nos dimos a la tarea de investigar las causas que originan la notable y perjudicial falta de motivación, éxodo y decrecimiento que padece hoy nuestra institución. Luego de un exhaustivo estudio y la consulta a miembros veteranos que poseen vastos conocimientos de la historia, usos y costumbres de la Orden, así como el criterio de Psicólogos, Sociólogos y Comunicadores Sociales, profesionales con una acumulada experiencia en la materia, quienes dieron mayor validez a nuestra búsqueda; llegamos a la conclusión que: “el gran problema de la Institución es la falta de liderazgo”.

La formación de líderes es uno de los más grandes desafíos que enfrenta la humanidad y nuestra Institución no está exenta de ello. En relación a las precisiones terminológicas o conceptuales, creemos que la primera pregunta que tendríamos que plantearnos es la siguiente: ¿Qué cosa es un líder de grupo a nivel de una organización? Según el    diccionario Cervantes de la Lengua Española, en su tercera edición, en la página 459, señala:

 

Líder. m.

 

Guía, jefe, cabeza, conductor, dirigente de un bando, comunidad o sector humano.

 

Liderazgo. m.

 

 1/Cargo y jefatura de líder.

 2/Tiempo que dura el desempeño de aquellos. 

 

   En tal sentido podemos plantear que un líder de grupo constituye una persona con una alta capacidad de influir, motivar, inspirar y arrastrar a otros en la consecución o en la dirección del logro de metas compartidas, pero de una manera espontánea. Si tuviésemos que definir técnicamente este concepto, diríamos que liderazgo es el proceso de motivar e influir significativamente en otros, recibiendo suficiente respaldo de quienes lo rodean, para realizar importantes contribuciones a la solución de los problemas que se plantean en el interior de un grupo.

 

   Cuando analizamos esta definición en cierto sentido decimos que, convertirse en líder no depende de la posesión en el individuo de una serie de características de su personalidad, los líderes son personas que se diferencian en un conjunto de rasgos; la psicología determina que no existe un patrón único definido de atributos que tiene que estar presentes en todos los líderes, puesto que se trata de individuos con peculiaridades distintas, el no tener uno u otro rasgo no compromete su condición como líderes, eso es un elemento que es importante tomar en consideración.

 

   Según Sun Tzu, quien fuera general, estratega militar y filósofo de la antigua China, define que: “El liderazgo es una cuestión de inteligencia, honradez, humanidad, coraje y disciplina… Cuando uno tiene las cinco virtudes todas juntas, cada una correspondiente a su función, entonces uno puede ser un líder”.

 

 ¿Cómo se resuelve?

 

Para solucionar esta problemática nuestras logias necesitan hombres y mujeres que tengan nobles propósitos y sepan conducir los designios humanos, que no teman llamar las cosas por su nombre, que siempre estén de parte de la razón y la verdad. La Independiente Orden de Odd Fellows no pretende convertirse en una Institución elitista ni clasista, pero sin dudas, la correcta y certera selección de candidatos sería el primer paso a tener en cuenta. 

 

   Durante nuestra investigación nos percatamos, que erróneamente existe una tendencia a creer que con asistir y participar regularmente en las sesiones y actividades de la logia se nos garantiza o nos da derecho a convertirnos en líderes y desempeñar cargos y responsabilidades, para las cuales en ocasiones no estamos aptos. El reto perenne que afrontamos nos exige adquirir un pleno dominio y conocimiento de las leyes y normas de la Orden; el Oddfelismo demanda de sus miembros una responsabilidad ética ajena a gustos personales y favoritismo.

 

   Existen ejemplos inspiradores de líderes en el Oddfelismo cubano, desde Evaristo Valdés Galindo hasta nuestros días, las enseñanzas de Carlos E. Cadalso, Marino Ruiz Rojas, María Alejano, Carmen   López y Orlando Gutiérrez, devienen en brújula para orientar y crecer. En estos tiempos se impone la necesidad de que los guías o líderes de nuestras logias, sean a semejanza de un Pastor, quien evita que sus ovejas se descarríen del rebaño y pierdan el camino.

 

   Si queremos regalarnos una logia motivada y plena, primero que todo, obra, primero que todo, trabajo y superación. La solución está en que un líder debe acompañar, debe propiciar espacios, garantizar apoyos puntuales, realizar instrucciones de calidad y trabajar con clara jerarquía.

 

 “Si quiere ser un buen líder es necesario escuchar sabios consejos, estudiar las condiciones humanas y tener a Dios como fiel consejero”.

 

Tomado de la nueva Edición del folleto: Vale la Pena ser Odd Fellows. Confeccionado por la Oficina del Historiador y la Comisión de Relaciones Públicas de la GLC.