En los primeros momentos de nuestra orden, los hermanos eran ayudados por la recolección de centavos de la siguiente manera: cuando un hermano asistía a la logia, al entrar a la sala de trabajo, le daba un centavo al secretario. No importaba a que logia se perteneciera, el miembro y el visitador de igual manera pagan su contribución de un centavo. Esta práctica se observaba en todas las logias, luego por el voto de la mayoría se enviaba esta ayuda al hermano necesitado, ya sea por enfermedad o aflicción. Esta costumbre observada en Inglaterra hasta mediados de 1800 derivo en lo que hoy conocemos como “El Saco Benéfico” o “De Beneficencia”.

Si un hermano se hallaba desempleado la logia le proveía una carta y los fondos suficientes para que alcanzara el próximo pueblo o la próxima logia, si ahí no encontraba empleo era proveído de iguales fondos y otra carta y así sucesivamente hasta que encontrara trabajo. Donde lo hallaba depositaba la carta. Esto hoy lo conocemos con otorgar una Carta de Visita.

En la Inglaterra del 1700 cuando lo necesitado por un hermano enfermo o en desgracia superaba los fondos existentes del centavo se enviaba aviso a las logias cercanas informándoles la necesidad de hacer una colecta. Dicha logias respondían enviando semanalmente lo que le  fuera posible hasta tanto la logia solicitante notificara la conclusión del problema. Era algo común en estos casos que las logias que contribuían a la colecta visitaran a la necesitada para también contribuir con el centavo. En ocasiones había más de 100 visitadores y así continuaban visitando hasta que el problema se diera por concluido y los fondos de la logia solicitante quedaran restaurados. Este acto de generosidad solía ser reciprocado con gran prontitud.

La costumbre del donativo y del centavo fue por primera vez desechada en los EUA, cambiándose en 1825  por un sistema más confiable y menos objetable. Dicho sistema consistía en contribuciones periódicas por partes de los miembros lo que les permitía gozar de los beneficios económicos de la logia. Lo que hoy conocemos por los conceptos de cuotas mensuales y buena estabilidad vio sus orígenes en Baltimore, Maryland EUA, 1825.